La comunicación en Aparecida (año 2007)
autor: Dr. Ariel Beramendi
última actualización: diciembre 2016
Si bien el documento de
preparación a la V Conferencia no daba mucho espacio a la comunicación; en el
documento conclusivo, la reflexión de los obispos puede ser leída en clave de
comunicación, pero ya no con visión instrumental sobre los mass media sino bajo el paradigma de la “nueva cultura de
comunicación”: allí donde se lea el término misión, comunión, evangelización,
testimonio o discipulado, se puede interpretar como la acción de comunicar a
Cristo y su mensaje.; es decir que: cuando
la Iglesia evangeliza está comunicando, y cuando comunica está evangelizando.
Aparecida hace un llamado
vehemente a ser discípulos y misioneros, anunciando a Jesucristo, muerto y
resucitado, a través de todos los medios con los que cuenta la Iglesia, iniciando
con el propio testimonio de todos sus miembros; y se exhorta que el mensaje de
conversión y animación pastoral en la Iglesia tendría que reflejar una
renovación espiritual y misionera que se proyecta en forma de un diálogo
constante entre la Iglesia y sociedad.
Ya desde los primeros
capítulos de Aparecida se describen y analizan la realidad contemporánea
marcada por el innegable fenómeno de la globalización que ha originado cambios veloces
y profundos en la sociedad, sobre todo debido a las tecnologías de
comunicación. Los obispos afirman que esta realidad interpela a todos los
miembros de la comunidad católica.
Los pastores son conscientes
que la ciencia y la tecnología han modificado la experiencia humana, con su
capacidad de manipular genéticamente la vida misma de los seres vivos, y de
crear una red de comunicaciones de alcance mundial, tanto pública como privada,
para interactuar en tiempo real no obstante las distancias geográficas.
Reconocen que la historia se ha acelerado y los cambios mismos se vuelven
vertiginosos, puesto que se comunican con gran velocidad a todos los rincones
del planeta.
Si en las anteriores
asambleas generales los pastores reflexionaron sobre una cultura de la imagen y
de los medios de comunicación, la reflexión en Aparecida parte de la premisa
que la sociedad de la información es producto del ecosistema comunicativo
creado por las nuevas tecnologías de comunicación, donde estos instrumentos lo
invaden todo, amenazando la privacidad de los ciudadanos y cuestionando qué es
lo privado y qué lo público.
A nivel interpersonal, en
Aparecida se afirma que los nuevos espacios de comunicación son una oportunidad
para reforzar y estimular el intercambio de experiencias y de informaciones que
intensifiquen la práctica religiosa, a través de acompañamientos y
orientaciones entre la comunidad. Los pastores ven como un signo de esperanza
el gran número de medios de comunicación que tiene la Iglesia y con el que
podrían incidir en la cultura.
Por otro lado el documento acude
a la Doctrina Social de la Iglesia para afirmar la necesidad de la
globalización de la solidaridad y de la justicia internacional, que sería posible
utilizando activamente los nuevos espacios de participación civil, creados por
los nuevos medios de comunicación, que permiten promover la democracia, la
economía solidaria y un desarrollo integral. Si por un lado existe la
manipulación de la información, por otro, los agentes pastorales están llamados
a seguir creando y promoviendo espacios donde todas las personas sean
reconocidas y escuchadas.
Ya al inaugurar esta
asamblea Benedicto XVI afirmó que la Iglesia debe utilizar todos los
instrumentos que tiene a su alcance para anunciar la Buena Noticia: «no hay que
limitarse sólo a las homilías, conferencias, cursos de Biblia o Teología, sino
hay que recurrir también a los medios de comunicación: prensa, radio y
televisión, sitios de Internet, foros y tantos otros sistemas para comunicar
eficazmente el mensaje de Cristo».
Pero la reflexión de
Aparecida no permanece ancorada a un optimismo ingenuo ante la realidad sino
que alerta con palabras claras sobre los riesgos que conlleva el nuevo ecosistema
comunicativo, señalando la situación de la juventud víctima de la influencia
negativa de la cultura postmoderna, especialmente de los medios de comunicación
social, que llevan consigo la fragmentación de la personalidad, la incapacidad
de asumir compromisos definitivos, la ausencia de madurez humana, el
debilitamiento de la identidad espiritual, que además dificulta el proceso de
formación de auténticos discípulos y misioneros.
Desde Aparecida se recuerda
que a pesar que la vida de tantas personas está condicionada por las nuevas
tecnologías, éstas últimas no dan el sentido de la vida. Es pues necesario que
el celo misionero inflame a los cristianos a tal punto de llevar al corazón de
la cultura contemporánea, el sentido unitario y completo de la vida humana que
ni la ciencia, ni la política, ni la economía, ni los medios de comunicación
pueden proporcionarle.
Pero el documento también denuncia
que los grandes medios de comunicación están creando una cultura donde la
ciencia y la técnica sirven sólo al mercado, con los únicos criterios de la
eficacia, la rentabilidad y lo funcional; marginando la dignidad de la persona
humana. Se enfatiza también la preocupación por las nuevas formas de marginación
y analfabetismo en el uso de las nuevas tecnologías de comunicación, causada
por la diferencia entre quienes acceden a la información y a las nuevas
tecnologías (info-ricos) y aquellos que no (info-pobres).
Otro riesgo señalado por
Aparecida es el de la info-toxicación,
porque se advierte que hoy más que nunca estamos sumergidos en cantidades
impresionantes de información, donde se hacen urgentes los criterios para leer
críticamente la información con la que somos bombardeados, corriendo el riesgo
que las personas busquen el sentido de la vida en lugares donde nunca la
encontrarán y que permanezcan desorientados.
El décimo capítulo del documento tiene como título: Nuestros pueblos y su cultura, y en él se hace referencia al tema de la pastoral de la comunicación, se parte de la constatación de que el mundo se mueve dentro de una cultura mediática y se reconoce que el primer anuncio (kerigma) y la formación en la fe, no puede ignorar estos medios. Gracias a esta reflexión articulada sobre la pastoral de la comunicación se dio un impulso para que los cristianos usen los instrumentos y los lenguajes actuales al anunciar/comunicar a Cristo, ya que los lenguajes utilizados por parte de la Iglesia no siempre toman en cuenta la mutación de los códigos existencialmente relevantes en las sociedades influenciadas por la postmodernidad y marcadas por un amplio pluralismo social y cultural. Se advierte que la Iglesia se ha quedado al margen del amplio diálogo de la cultura y de la sociedad, por no haber usado los códigos de la sociedad moderna.
Desde este momento
importante para la vida de la Iglesia en América Latina, se invita a abandonar
la visión instrumentalista y técnica de la comunicación en la vida eclesial,
para vivirla como una acción transversal en la Iglesia que se expresa, escucha,
está atenta a los signos de los tiempos y a la cultura contemporánea; así la
Iglesia está llamada a entrar en la nueva cultura mediática y promover un
diálogo consistente y competente entre la fe y la cultura.
Aparecida reconoce el importante
rol evangelizador de los laicos y su incidencia en la cultura contemporánea,
recuerda además que todos los bautizados están llamados a comunicar a Cristo,
sobre todo en los espacios donde sólo ellos pueden llegar como Iglesia. Por su
parte, los obispos se comprometen públicamente a hacer un camino junto a los
comunicadores, acompañando y animando las iniciativas en este campo. Compromiso
que sin duda implica un cambio de mentalidad importante.
En Aparecida, desde la
propia experiencia de Iglesia latinoamericana, se asume Internet con realismo y
confianza, y se lo reconoce como un medio que ha potenciado la realidad virtual
junto a la posibilidad de interactuar en él y también de evangelizarlo. También
se exhorta a las parroquias, comunidades y centros católicos, a crear espacios
de formación y acceso a Internet para acceder a la cultura mediática y así
reducir la brecha digital que ocasiona nuevas formas de exclusión, recordando
en todo momento que Internet y la realidad virtual no remplazan la relación
interpersonal, sino que crean nuevos espacios y formas de socialización que son
complementarias a las tradicionales.
Otro aspecto práctico de la
comunicación en la Iglesia, subrayado por Aparecida, es la preocupación por el
rol de los católicos en la vida pública y la incidencia en la opinión pública, por
lo que se invita a los agentes de pastoral, y en particular a los ministros de
culto, a ser líderes de opinión, esto exige una formación permanente en temas
de coyuntura de la Iglesia y de la sociedad. Se afirma que es necesario
comunicar los valores evangélicos de manera positiva y propositiva, recordando
que son muchos los que se dicen descontentos, no con el contenido de la
doctrina de la Iglesia, sino con la forma como ésta es presentada.
Aparecida subraya
constantemente la importancia del rol del cristiano en la sociedad y del
testimonio público de su fe, como discípulos y misioneros, recalcando su
llamado a los cristianos para ser fermento en medio de la masa, en un contexto
donde la militancia de la fe es cada vez menor y donde el laicismo va ocupando
mayores espacios.
Escuchar y comunicar;
dialogar y comprender; son tareas de los agentes pastorales de la comunicación,
que han de vivir su vocación poniendo todas sus capacidades al servicio de su
misión que da sentido a su vida de fe.
Finalmente el Documento de
Aparecida propone una serie de acciones que resumen el espíritu de la reflexión
realizada en esta asamblea:
- Favorecer la formación de un laicado capaz de actuar como verdadero sujeto
eclesial y competente interlocutor entre la Iglesia y la sociedad, y viceversa.
- Optimizar el uso de los medios de comunicación católicos, haciéndolos
más actuantes y eficaces, sea para la comunicación de la fe, sea para el
diálogo entre la Iglesia y la sociedad.
- Actuar con los artistas, deportistas, profesionales de la moda,
periodistas, comunicadores y presentadores, así como con los productores de
información en los medios de comunicación, con los intelectuales, profesores,
líderes comunitarios y religiosos.
- Rescatar el papel del sacerdote como formador de opinión.
----------------------------------------------------------------------------------
para saber más lea este libro:
para saber más lea este libro:
Nos pareció muy importante y muy útil su intervención, hemos extractado un fragmento y lo hemos publicado en nuestro sitio http://www.evangelizaciondosmil.com/content/view/248/69/ y hemos puesto un link al blog para que puedan leer el texto completo. Muchas gracias y Dios lo bendiga.
ResponderEliminarFelicitaciones por tan buen resumen, estaba buscando algo como esto. Si no le molesta lo citaré en más de una oportunidad.
ResponderEliminarDesde Chile un gran abrazo de quienes estamos diciendo SI al Señor con comunicaDios (comunicadora católica que está comenzando sus actividades) uno de tantos frutos de Aparecida. Bendiciones! Carolina Ibarra
MUY BUENO, ES CLARO, ENTENDIBLE,
ResponderEliminarMUCHOS EXITOS EN SU PAGINA
Felicitaciones el buen resumen.
ResponderEliminar