(por Ariel Beramendi)
El pasado 29 de septiembre fiesta de
los arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael desde el Vaticano se ha desvelado el
tema que el Papa Benedicto XVI ha elegido para la próxima Jornada Mundial de
las Comunicaciones Sociales del año 2013: "Redes
Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la
evangelización"
Un tema de mucha actualidad porque
estas redes han modificado aún más la experiencia humana de relacionarse entre
sí y de conocer la realidad circundante.
La gran difusión de estas redes
sociales no sólo afecta a las formas de comunicación entre las personas, sino que ha cambiado objetivamente la forma de
estar presente en Internet, de producir y consumir información, gracias a una
presencia virtual constante, producto de la incesante conexión a la Red.
Las redes sociales además de haber
modificado a varios niveles conceptos como la difusión viral de mensajes o la publicidad personalizada; han evidenciado
situaciones que tal vez antes ignorábamos por su poca visibilidad. Pensemos en
el concepto de privacidad que poco a poco va desapareciendo gracias a la
política de Facebook; otro fenómeno que ha salido a brote en el mundo adolescente es el ciberacoso
(el ultraje o molestia a personas a través del Internet)o el sexting - contracción
de sex y texting – (el envío de mensaje de contenido erótico);
estas son sólo algunos desafíos que requieren respuestas eficaces y no solo de
asumir una actitud condenatoria a todo lo que no entendemos.
Toda esta situación transcurre en un universo paralelo, que
lejos de ser irreal, es el lugar donde, en cierta forma, nos proyectamos para
hacer ver lo que deseamos de nosotros mismos y
en algunos casos, un poco patéticos, con una imagen totalmente irreal de
nuestra personalidad o contexto. Hasta que por alguna equivocación o error técnico
deja al descubierto nuestra incapacidad para controlar todo lo que se va
emitiendo a través de estas redes.