Estoy seguro que todos han tenido la experiencia de cambiar
de párroco. Sucede que el sacerdote recibe un nuevo destino y – apegado o no –
debe dejar su parroquia y moverse a su nuevo destino donde le esperan nuevos
desafíos.
En muchos casos, hay párrocos que, después de tantos años y
bellas experiencias vividas, les cuesta más marcharse, unos se van alegres y
otros tristes, unos salen de día y otros de noche.
En todo caso, el cambio de parroquia es siempre el cierre de un
capítulo y la apertura de otro.
Aunque yo no soy párroco,
algo así pasa también con el servicio que llevé adelante en el
Pontificio Consejo de la Comunicación y luego en la Secretaría para la
Comunicación. Ahora me ha tocado “cambiar de parroquia”; la semana pasada se
formalizó el inicio de mi servicio en la Secretaría del Sínodo, donde el
trabajo ya no será solo con los amigos de América Latina y España, sino de
ponerse al servicio de una Iglesia católica y sinodal que está en contacto
con todo el orbe católico y que Papa Francisco está impulsando tanto. Seguiré viviendo mi vocación de comunicador,
dentro de mi vocación sacerdotal, pero con otros matices más “sinodales”.
En todo caso, me parecía justo y educado decirlo a tantos
amigos que todavía no se habían enterado, agradezco a los superiores y
amigos de los que he aprendido mucho en estos años.
Agradecido a la intercesión de la Virgen de Guadalupe,
y a nuestro Señor, miro adelante
llevando en el corazón los rostros de tantas personas con las que he compartido
un pedazo de historia.
Seguimos unidos en oración y en comunicación.
Buen viento y buena mar en su nueva "parroquia sinodal". Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Oscar
EliminarExcelente amigo vientos nuevos soplan...
ResponderEliminarGracias José
EliminarPadre Ariel, muchas gracias por su gran trabajo en el Pontificio Consejo de la Comunicación, la Secretaría para la Comunicación y otros tantos proyectos.
ResponderEliminarSeguimos en contacto para seguir evangelizando en cada etapa que nos va correspondiendo.
gracias amigo Osvaldo. Aquí estamos.
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